La mayoría de los fumadores no son adictos por elección. Son víctimas de una sustancia diseñada para enganchar: la nicotina, una droga hasta cinco veces más adictiva que la cocaína.
Mientras el cuerpo se libera físicamente de la nicotina en tan solo 3 a 7 días, el verdadero desafío está en la adicción mental y emocional. Y es ahí donde nuestra intervención es más efectiva.
Nuestro índice de recaída es inferior al 2,5%, muy por debajo de la media habitual en métodos convencionales.
Porque no luchamos contra el síntoma, sino que tratamos la raíz. Te ayudamos a comprender por qué fumas, y a reprogramar esa necesidad. No se trata solo de voluntad: se trata de conocimiento, estrategia y acompañamiento clínico.
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